lunes, noviembre 10, 2014

Resaca


De un golpe ser herido
por la luz como a látigo, ser débil,
líquido hacia los dedos. No poderse
incorporar simétrico. Ser blando
y estar a punto de caer, ser puesto
como a parir el universo.
Y abrir los ojos de un cadáver
y ver todo amarillo, verlo todo
vibrante y afilado, como espinas
que pinchan no sé dónde. Ver el hilo
que se puede romper y luego oírlo
crujir
y notarse los goznes de la espalda.
Zozobrar en lo blando, ser apenas
capaz de nadas sobre la sábana
y quedarse en la duda hasta que el perro
salta.
Y contemplar sus ojos de animal superior
y el péndulo del tiempo en su mirada.

"Evaporación del alcohol", de Carlos Barral